6 problemas de salud que pueden desencadenarse por el estrés
¿Qué te viene a la mente cuando escuchas la palabra “estrés”? Tal vez te imagines a alguien con los nervios a flor de piel o discutiendo con alguien pues Resulta que el estrés es algo que va mucho más allá de estos signos clásicos.
Es fundamental entender cómo se manifiesta el estrés en el organismo para evitar estos posibles daños sistémicos causados por él, que van desde la caída de la inmunidad a los reflejos en la salud oral.
estos son algunos problemas relacionados con el estrés y que también pueden agravarse por ello, para que aprendas a reconocerlo y, cuando sea posible, evitarlo o minimizarlo.
1. Baja inmunidad
Enfriarse o enfermarse a menudo no es una mera coincidencia en nuestras vidas. Las infecciones virales y bacterianas se vuelven comunes debido a algunos factores específicos, entre ellos, la caída de la inmunidad. Esta baja en el sistema inmunológico también puede estar relacionada con el estrés crónico, lo que nos hace más vulnerables a las enfermedades.
Cabe destacar que otros hábitos, además del estrés, tienen el poder de reducir la inmunidad y favorecer la aparición de infecciones y otros problemas de salud. Entre ellos, podemos citar una dieta pobre en nutrientes, un estilo de vida sedentario y trastornos caracterizados por la inmunodeficiencia.
2. Malestar digestivo
El sistema digestivo tiene una fuerte relación con el cerebro y también puede verse afectado por problemas de origen psicológico y emocional, como es el caso del estrés. En exceso, puede afectar a las bacterias que viven en el intestino, lo que conduce a problemas como el estreñimiento o diarrea, así como agravar las enfermedades inflamatorias intestinales.
Además, el estrés puede afectar el apetito y causar dolores de estómago, náuseas y otras molestias digestivas. Otros hábitos asociados con el estrés, como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, contribuyen al empeoramiento de estos síntomas.
3. Alergias cutáneas
¿Notas cambios en la piel cuando tienes estrés intenso? Eso no pasa por nada. Cuando estamos estresados, el cuerpo libera algunos componentes químicos que pueden agravar algunas condiciones preexistentes de la piel, como la rosácea y la psoriasis. En respuesta al estrés, la piel puede presentar inflamación, sensibilidad, picazón y ardor en las zonas afectadas, síntomas que desaparecen en hasta 24 horas.
4. Enfermedades cardíacas
El estrés agudo, una reacción natural del organismo y común en momentos puntuales, es responsable del aumento de los latidos del corazón y la contracción del músculo cardíaco, debido a la acción de hormonas como la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol. El problema es que, al convertirse en un problema frecuente, el estrés puede afectar la salud del corazón.
Aumento de la frecuencia cardíaca, presión arterial y niveles hormonales de estrés aumentan el riesgo de enfermedades del corazón como hipertensión, infarto y derrame cerebral, así como contribuir a la inflamación del sistema circulatorio.
La forma en que respondemos al estrés también puede aumentar los niveles de colesterol en la sangre, dañando la salud en su conjunto.
5. Tensión muscular
Cuando estamos estresados, sentimos como si toda la musculatura del cuerpo se vuelve tensa, rígida y dolorosa. Estos, de hecho, son signos de que los músculos dan el organismo está bajo los efectos del estrés. Dolor de cabeza, dolor en los hombros y el cuello también son reacciones comunes de estrés crónico y deben servir como una señal de advertencia.
6. Problemas orales
¿Sabías que la salud bucal también puede verse afectada por el estrés? Individuos que viven bajo una fuerte influencia del estrés tienen más riesgos de desarrollar enfermedad periodontal, como la gingivitis, que es la inflamación del margen gingival. Además, el estrés también puede conducir a la tensión de la mandíbula y apretar los dientes.
El bruxismo, una afección que conduce al hábito de rechinar o apretar los dientes, es grave y puede causar problemas como dolor de cabeza, hinchazón, desgaste dental y esmalte dental, sensibilidad, fracturas y otros.
Paralelamente, es importante invertir en una buena higiene bucal, con cepillado regular y una pasta de dientes completa para su salud bucal.