Vientre dura en el embarazo, es síntoma de contracciones
Con el crecimiento del útero y el desarrollo del bebé, el vientre comienza a ser tieso muy temprano en el embarazo, entre los 7 o 8 semanas. En esta etapa, es normal que las mujeres perciban que la parte inferior del ombligo, también conocida popularmente como ‘ pie del vientre ‘, está más hinchada y más dura que antes de estar embarazada.
A medida que el vientre crece, se vuelve cada vez más redondo y más duro en la parte inferior del ombligo y luego se pone duro alrededor del ombligo, y alrededor del quinto mes de gestación, el vientre se vuelve más redondeado haciendo el embarazo muy claro.
El Vientre tieso después de 20 semanas de gestación
El vientre que es momentáneamente tieso después de las 20 semanas de gestación, representa las contracciones del entrenamiento, llamadas científico contracciones de Braxton Hicks. Estas contracciones pueden ocurrir varias veces al día y generalmente no causan ningún dolor o malestar y por lo tanto no todas las mujeres embarazadas las perciben.
Es más fácil observar este endurecimiento momentáneo del vientre por la noche, cuando la mujer está más descansada y no hay necesidad de hacer nada cuando estas contracciones surgen porque son normales y se esperan.
Sin embargo, si la mujer embarazada se vuelve incómoda, ella puede tomar una respiración profunda y tratar de calmarse, porque las contracciones de entrenamiento disminuyen. Aprenda a identificar las contracciones.
Si la mujer presenta muchos episodios de vientre duro por día, antes de las 37 semanas de gestación, y si hay dilatación, el médico puede indicar el uso de un suplemento de magnesio para disminuir la contractilidad del útero. Sin embargo, esta medicina se debe tomar solamente bajo receta médica y debe parar su uso en 36 semanas de gestación, así que no habrá ninguna complicación durante trabajo.
Cuando ir al médico
Se aconseja acudir al médico cuando la mujer:
- Tiene varios episodios de vientre duro por día, lo que equivale a más de 2 contracciones por hora;
- Sentir mucho dolor al observar una contracción;
- Al final del embarazo;
- Sospechar el inicio del trabajo de parto;
- Cuando Tenga fiebre;
- pérdida de sangre a través de su vagina;
- Sentir una disminución en los movimientos del bebé.
En cualquier caso, siempre que la mujer sospeche que algo está mal, debe ponerse en contacto con su doctor para aclarar sus dudas y, o acudir a la sala de emergencias de maternidad.